Se levantó muy temprano la luna estaba de su parte, saltó de la cama no había podido conciliar el sueño en toda la noche, sin hacer ruido se encamino al garaje donde lo tenía todo preparado, dejó el coche fuera para no perder ni un minuto de su precioso tiempo, cargo el maletero con la rapidez y el orden del que repite una misma tarea durante innumerables jornadas, soltando el freno de mano el coche se movió pesadamente hacia atrás unos cincuenta metros, le da a la llave y enciende la radio, ya estaba todo en marcha, mentalmente va calibrando sus posibilidades y las opciones con las que podría contar en caso de que no funcionen los métodos tradicionales. Parando en la cafetería de siempre para tomar café y comprar tabaco, se tropezó con algunos que iban en busca de su mismo objetivo, entre ellos pudo reconocer a varios; Tomás”El largo” anticuado pero efectivo, con demostrada experiencia en cualquier condición; Mencey”El gitano” a la última en equipo pero carente de recursos si las condiciones le van bien te machaca, también echó en falta a otros, no obstante no se fiaba, compró tabaco y se fue sin el café. Subió en el coche inquieto, todo se puede ir al traste, tomó de nuevo la carretera mil veces recorrida pensando en ser el primero entre tantos, entró por el camino de tierra y paro junto al muro de piedra, no había nadie, con rapidez se cargo el material necesario y se aventuró por la peligrosa vereda que bajaba por el acantilado, al fondo distinguió su objetivo, los más de treinta kilos que portaba no eran obstáculo para que descendiera con una agilidad increíble, una vez abajo sólo quedaba caminar unos doscientos metros y ya había llegado, el primero, respiró satisfecho. Dejó su pesada carga en el suelo y sentándose en una piedra encendió un cigarro y se puso a contemplar el mar. Todo perfecto, acercándose al borde del risco con un cubo, vierte parte del contenido en el agua y vuelve a donde dejó el resto de sus cosas abriendo una funda de color indefinido de la que saca su última adquisición made in japan, con tranquilidad la despliega en toda su extensión, saca de su mochila una pequeña caja que contiene lo necesario para completar el equipo montando minuciosamente todas las piezas, vuelve a ir con el cubo al borde repitiendo el vertido de aquella sustancia, es el momento, en un certero movimiento coloca su engaño en el lugar que la experiencia le dicta , los segundos parecen minutos, de pronto, un escalofrío recorre su cuerpo, la lucha es increíble , intenta calmarse las dudas le recorren algo puede fallar, pasa el tiempo y se siente fuerte dadas las muestras de debilidad de su oponente pero no se fía se mantiene firme en su propósito cuantos han fracasado antes que él, muchos, cada vez siente su objetivo más cercano, efectivamente poco más de una decena de metros les separaban pero aún no puede verlo, mantiene un poco la presión intentando calibrar sus posibilidades, consiguiendo no sin esfuerzo reducir la distancia casi a la mitad y lo que pudo vislumbrar le dejo estupefacto, debe ser un efecto visual pensó, pero no, cuando el contrario dio la cara y admitió su derrota, descubrió que realmente era la pieza de su vida.
